68







"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes."






Y aunque sigo sin hablar glíglico
lo cierto es que a veces creo que soy capaz de intuirlo,


por eso te pediría que me amalaras el noema
para que se me agolpe el clémiso


y caigamos en hidromurias
y en salvajes ambonios...


los sustalos exasperantes
los dejaremos para pasado mañana;


y quiero soñar en glíglico
con las incopelusas y el grimado quejumbroso,


y quiero envulsionar, y ver como
las arnillas se espejunan, como se van apeltronando...


y también quiero que tú sueñes en glíglico...
conmigo.






y que tiemble el troc
se venzan las marioplumas

y todo se resolvire en un profundo pínice,
en niolamas de argutendidas gasas,

en carinias casi crueles que nos ordopenen
hasta el límite de las gunfias.