—¿Qué es la cosidad? —dijo la Maga.
—La cosidad es ese desagradable sentimiento de que allí donde termina
nuestra presunción empieza nuestro castigo.
Y quizás es que espero un castigo...
que sé
que basta tener
para perder
que sé
que cada pecado
conlleva una penitencia
que sé
que las dulces noches
traen amargos amaneceres
-madrugadas inciertas-
y sé
que he entregado
mi alma
y que
no voy
a recuperarla
y que el miedo
se me mezcla
con el vértigo
-cada vez que te vas-
pero ahora la ilusión llena mis ojos
y mis suspiros te esperan
contando las horas
para entregarte
todas las promesas
que te he ido haciendo en tu ausencia